Por: Mario Fulvio Espinoza 14 septiembre de 2011
En ocasión de las Fiestas Patrias algunos medios de comunicación, sobre todo los de la derecha, se lanzan a hacer preguntas a los jóvenes estudiantes sobre personajes y asuntos que tiene que ver con la efeméride de Septiembre.
La finalidad es poner en bandeja la ignorancia de algunos estudiantes sobre los hechos históricos, ya de 1821 o de 1856. Y sin duda, existen alumnos no sólo de primaria o secundaria, e incluso universitarios, a los que les vale una charola saber la historia patria.
Sin embargo, no es raro encontrar personas adultas o de la tercera edad –hombres y mujeres- que no saben ni papa de esas cosas y a los que nadie les pregunta nada. Y no son pocos esos ignorantes y los hay en todas las capas sociales.
Por otra parte existen periodistas –algunos de esos que interrogan- que serían aplazados en Historia Patria y ya no digamos en la historia del mundo. ¿Y a ellos quién les pregunta? ¿Cómo pueden cumplir su función social de culturizar en medio de tanta ignorancia?
Detrás de esas interrogantes –siempre manipuladas por los medios de comunicación derechistas- existe la intención de denigrar los esfuerzos que se hacen desde nuestro sistema educativo y de paso la inteligencia de los alumnos de secundaria, donde hay más talentosos e inteligentes que ignorantes.
Hipocresía a la máxima potencia, por cuanto esos mismos medios de comunicación son comerciantes de la ignorancia, pues subsisten de la frivolidad, la trivialidad, la vanidad, el amarillismo corrupto, de lo huero y superficial. Se sustentan del egoísmo consumista, del culto al ego, del figureo mediático, de la cruel competencia donde el fin justifica los medios, donde todo tiene un precio y se apuesta a los vicios, todo en pos de la destrucción total de nuestros valores para explotar una personalidad lo más deforme posible del nicaragüense.
La finalidad es poner en bandeja la ignorancia de algunos estudiantes sobre los hechos históricos, ya de 1821 o de 1856. Y sin duda, existen alumnos no sólo de primaria o secundaria, e incluso universitarios, a los que les vale una charola saber la historia patria.
Sin embargo, no es raro encontrar personas adultas o de la tercera edad –hombres y mujeres- que no saben ni papa de esas cosas y a los que nadie les pregunta nada. Y no son pocos esos ignorantes y los hay en todas las capas sociales.
Por otra parte existen periodistas –algunos de esos que interrogan- que serían aplazados en Historia Patria y ya no digamos en la historia del mundo. ¿Y a ellos quién les pregunta? ¿Cómo pueden cumplir su función social de culturizar en medio de tanta ignorancia?
Detrás de esas interrogantes –siempre manipuladas por los medios de comunicación derechistas- existe la intención de denigrar los esfuerzos que se hacen desde nuestro sistema educativo y de paso la inteligencia de los alumnos de secundaria, donde hay más talentosos e inteligentes que ignorantes.
Hipocresía a la máxima potencia, por cuanto esos mismos medios de comunicación son comerciantes de la ignorancia, pues subsisten de la frivolidad, la trivialidad, la vanidad, el amarillismo corrupto, de lo huero y superficial. Se sustentan del egoísmo consumista, del culto al ego, del figureo mediático, de la cruel competencia donde el fin justifica los medios, donde todo tiene un precio y se apuesta a los vicios, todo en pos de la destrucción total de nuestros valores para explotar una personalidad lo más deforme posible del nicaragüense.
El 22 de agosto de 1978, 25 guerrilleros se tomaron el Palacio Nacional, en una operación que se tradujo como el golpe más fuerte contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, y que aceleró la caída del régimen. La Operación Muerte al Somocismo, realizada por el Comando “Rigoberto López Pérez”, fue bautizada como “Operación Chanchera”.
